La ausencia de público en los estadios está generando unas considerables pérdidas económicas en los clubes profesionales, sobre todo en los más grandes, ya que son los que tienen un mayor porcentaje de ingresos por ticketing. Renegociaciones de contratos de jugadores y empleados, bajada de ingresos por publicidad, problemas de tesorería…Un sinfín de problemas a consecuencia del cierre de los estadios.
Sin embargo, creo firmemente que estos meses de pandemia crean una oportunidad inmejorable para un cambio generacional y conceptual en los recintos deportivos.
La reapertura al público de los estadios llegará con un obligado aumento de la seguridad y salud de los aficionados. A parte de los cambios en los sistemas de accesos, restauración, baños, etc., se van a tener que reducir las localidades en las gradas para distanciar a los fans, garantizando así la higiene y el confort.